Muchas personas visitan Madrid no sólo por sus bares, sino por su historia. En Vinícola Mentridana podéis disfrutar de ambas cosas. Así es, los altos techos abovedados y polvorientas botellas de vino, son suficiente historia para mí, no hay necesidad de visitar los museos. Pero si queréis ir a los museos, este lugar queda cerca del Museo Nacional del Prado y del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. A pesar de esto, es cualquier cosa menos turístico y está ubicado en una calle escondida.
Vinícola Mentridana complementa su sensación histórica con un viejo piso de madera y paredes revestidas. Hay unas grandes ventanas francesas que dan a la calle, perfectas para un día de verano. Para ser un bar, tienen una colección muy grande de vinos e incluso preparan vino caliente con especias en el invierno lo cual es muy difícil de encontrar en Madrid.
En cuanto a la comida, tienen pocos platos principales pero sirven grandes porciones de raciones y tostas. Si queréis probar algo muy español, elegid tosta con sobrasada. Es un gran lugar para venir en grupo y elegir un par de cosas para comer mientras experimentáis con todos los vinos. Vinícola Mentridana tiene una atmósfera maravillosa y sería fenomenal si España fuera más famosa por lugares como este y menos famosa por la sangría y el flamenco.