Siempre he sido un fanático de las bebidas alcohólicas calientes. Una de mis primeras experiencias con el alcohol fue con una fuerte sidra caliente en una fría noche. Estaba en la universidad en búsqueda de algo que me mantuviera despierto pero que me emborrachara a la vez así que invente el “tea n’ pulse”. Era sidra demasiado fuerte mezclada con té caliente. Me encantó pero desafortunadamente no se volvió popular. Estaba perplejo ante el éxito de Redbull y del vodka unos años más tarde, que triunfaban en el mismo mercado que alguna vez fue mi objetivo, sólo que sin el increíble sabor de mi creación.
Cuando viví en Luzern, Suiza, a los locales les encantaba el kafi zwätschge que es una mezcla de un café suave con schnapps de ciruela. Como entusiasta de las bebidas calientes, pronto comenzó mi pasión con esta bebida. Y para mi gran sorpresa, el carajillo –bebida española que es un expreso mezclado con brandy y en otras ocasiones con whisky o ron–era muy popular en Luzern. Era como la manía del gin-tonic que se apoderaba de Madrid, en donde cada lugar intentaba prepararlo un poco más elegante. Solían calentar un poco el brandy o incluso flambearlo.
Cuando me mudé a España, me decepcioné al saber que el carajillo no era tan popular aquí y cuando lo sirven, es usualmente una mezcla de brandy frío con expreso lo cual termina siendo un café frio alcoholizado. Este otoño, me puse muy entusiasmado cuando supe que Magno Brandy estaba patrocinando una recorrida de bares llamada “ruta del carajillo”. Básicamente era una lista de unos 70 bares en Madrid donde ofrecían un carajillo especial con el brandy caliente que me encanta junto con algunos granos de café, cítricos e incluso una rama de canela. ¡Muchísimo mejor que el café frío alcoholizado!
Después de tomarme un carajillo decente, tuve el humor de ver qué otras bebidas calientes podía encontrar en Miami este invierno. En general, no es difícil encontrar café mezclado con algo. De hecho, casi todos los bares irlandeses os servirán un café irlandés y cualquier bar os dará café con Baileys si lo pedís. Los bares a menudo tienen su propia versión, por ejemplo el Café Manuela en Malasaña, que es un bar madrileño muy tradicional tienen uno llamado “Manuela” que es muy simple y no está lleno de la crema chantillí que no soporto.
En la época navideña, el vino añejo caliente es muy popular en muchos países; glühwein en Alemania, vin brulé en Italia y vin chaud en Francia. En España parecen pensar que el vino caliente es un sacrilegio contra el vino; considerando que mezclan el vino con Coca Cola para hacer kalimotxo, no me convence mucho.
Después de investigar un poco, descubrí que hay un lugar en Madrid que sirve vino caliente. Es un viejo bar en Lavapiés llamado Vinícola Mentridana. Fui a probarlo y aunque no tiene un aspecto muy especial, es muy exquisito.