Barato, concurrido y muy pequeño. Este pequeño bar de tacos es perfecto para una rápida comida y una cerveza. Por lo general, la comida mexicana en España es mucho más auténtica que el texmex que encontraréis en otros países.
Tienen una buena selección de tequilas y las micheladas también son muy buenas.
Este es un bar de tapas pero no del tipo lujoso que encontraréis en los bares vascos más modernos. Esta es una tradicional exposición española por un precio justo en un bar que ha existido desde 1879 aunque claramente pasó por varias renovaciones en aquel tiempo.
El techo del bar está decorado con periódicos, haciendo homenaje al nombre del bar y en la entrada hay una mesa redonda con una gran estatua griega. A pesar de este toque opulento, el bar es más bien simple con toques modernos y antiguos mezclados arbitrariamente.
Este es un increíble pequeño bar mexicano ubicado en pleno Lavapiés. Extrañamente, en Lavapiés es difícil encontrar un buen lugar de comida mexicana (aunque hay probablemente 100 de comida india).
Las margaritas están disponibles en los tradicionales sabores de fruta fresca como mango y fresa y también otros un poco más extraños como pepino. Las micheladas también son maravillosas; no sólo os dan la opción de elegir qué tipo de cerveza queréis sino también si lo queréis con Clamato.
La estancia delantera tiene una decoración moderna y pulcra, muy diferente a la mayoría de franquicias mexicanas en Madrid llenas de luchadores y demás tipos de basura colgando del techo. Si estáis en Malasaña, hay una sede en la Calle Duque de Liria.
Un bar latino que sirve las mejores comidas de Venezuela, Colombia y Perú. Da una sensación muy tropical sin que sea molesto. Tomaros un pisco sour que viene en un vaso muy pequeño para mi gusto pero tiene un sabor fuerte.
En la estancia delantera del bar, hay una barra a la izquierda y mesas altas a la derecha. Junto a las ventanas, hay sillones bajos con una pequeña mesa en el centro. Hay grandes ventiladores de techo a lo largo del bar.
En la parte trasera del bar, hay un restaurante con mesas de comedor. Mi única queja es que como buenos latinoamericanos, les encanta tener el aire acondicionado al máximo.
Es un bar de mariscos. Los mariscos son muy populares en España y literalmente hay cientos de restaurantes que los sirven pero en cuanto a bares, este lugar es relativamente único. El exterior del bar es un poco tradicional con sus contraventanas de madera pero el interior es simple y moderno.
Mar y Ola no es sólo un increíble bar de mariscos, también es uno de los mejores lugares en donde sirven cocteles. Realmente se enorgullecen de ellos. Es realmente agradable ver como preparan los mojitos con fruta fresca, los vasos levemente aromatizados con aceites y las mentas siendo delicadamente aplastadas con la mano para liberar los sabores sin dañar la planta en sí.
Y como si los increíbles mariscos y cocteles no fueran suficientes, este bar viene con muchas más cosas. Proyectan películas en la pared y a menudo tienen un micro teatro o bandas para atraer clientes durante la semana. Curiosamente, estos son bastante comunes en Madrid.
Muchas personas visitan Madrid no sólo por sus bares, sino por su historia. En Vinícola Mentridana podéis disfrutar de ambas cosas. Así es, los altos techos abovedados y polvorientas botellas de vino, son suficiente historia para mí, no hay necesidad de visitar los museos. Pero si queréis ir a los museos, este lugar queda cerca del Museo Nacional del Prado y del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. A pesar de esto, es cualquier cosa menos turístico y está ubicado en una calle escondida.
Vinícola Mentridana complementa su sensación histórica con un viejo piso de madera y paredes revestidas. Hay unas grandes ventanas francesas que dan a la calle, perfectas para un día de verano. Para ser un bar, tienen una colección muy grande de vinos e incluso preparan vino caliente con especias en el invierno lo cual es muy difícil de encontrar en Madrid.
En cuanto a la comida, tienen pocos platos principales pero sirven grandes porciones de raciones y tostas. Si queréis probar algo muy español, elegid tosta con sobrasada. Es un gran lugar para venir en grupo y elegir un par de cosas para comer mientras experimentáis con todos los vinos. Vinícola Mentridana tiene una atmósfera maravillosa y sería fenomenal si España fuera más famosa por lugares como este y menos famosa por la sangría y el flamenco.
Este bar es único en un área conocida por bares con mueblería vintage. El lugar parece decorado por un montón de skaters. Esta hecho de madera aglomerada y podéis colgar vuestro abrigo en el perchero hecho de ruedas de tablas de skate. Me gusta especialmente la máquina arcade y la cabeza gigante de Ronald McDonald mirándote fijamente.
Preparan deliciosas hamburguesas y cocteles. Si queréis reíros, preguntad por el nombre del wifi, al parecer evita que los vecinos lo usen.
Un bar que ha existido desde siempre. Esta oculto en una calle escondida así que no atrae multitudes de jóvenes como las de la Calle del Pez o la Calle del Espíritu Santo. Pero esto no significa que no se atiborre de gente. Es un bar pequeño y puede llenarse al tope en poco tiempo. Lo mejor es que lleguéis temprano para que consigáis una mesa mientras dejáis sufrir a los demás que intentan encontrar una pequeña repisa en la cual poner su bebida.
Casa de Julio no sólo es famoso por su pintoresco bar tradicional o porque la banda irlandesa U2 estuvo de visita en algún momento. Es famoso por sus croquetas. Lo mejor de Casa de Julio es que no se limitan a las tradicionales croquetas. Tienen un gran menú para que podáis elegir las que queráis:
Jamón.
Morcilla con membrillo.
Espinacas, pasas y gorgonzola.
Queso azul.
Setas con puerros.
Bonito, huevo y cebolla caramelizada.
Picadillo.
Un agradable bar de tapas con un mobiliario extremadamente bizarre. Desde la farola en medio del bar hasta el mural de esqueleto y la parafernalia de tauromaquia. Todo está un poco fuera de lugar pero al mismo tiempo, estamos en España. Mi única queja es la brillante luz blanca que parece casi de hospital.
Tienen una gran colección de tapas y es uno de los pocos lugares que generalmente os dará algo gratis además de patatas fritas y aceitunas. Hay una pequeña habitación en la parte trasera donde podéis tomar una silla para crear un ambiente de restaurante.
Este bar de tapas vasco se especializa en pintxos propios de la región, tal como lo indica el “tx” en su nombre. El bar se abarrota de gente por lo que seriáis suertudos si conseguís un lugar. Por esta razón, es un buen sitio para potear en lugar de quedarse toda la noche.
Los pintxos consisten en una pequeña rebanada de pan sobre la cual se coloca una pequeña porción de comida. Se sujeta la comida al pan con un palillo. Los pintxos son un aperitivo muy atractivo y los de Txakolina son de los mejores de La Latina. Pueden parecer un poco caros pero definitivamente os dejará satisfechos. Las tapas están a la vista así que sólo señalad lo que deseáis comer y se os servirá.
Hay una segunda sede en la Calle de la Cruz, 11.
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